Esta cascada, hace unos años fue un lugar casi desconocido, no obstante esta maravillosa obra de la naturaleza atrae cada vez más y más visitantes.
Se trata de un extenso saliente del conglomerado del que en verano cae un débil chorro de agua. Pero en invierno, el agua se congela y de él nacen unos espectaculares carámbanos. Esta cascada que en eslovaco se llama Šikľavá skala tiene 14 metros de alta y entre 20 y 30 de ancha. Lo que la hace única, es que cada invierno tiene una forma distinta. A veces hay carámbanos que llegan a tocar el suelo, otras veces es de menor tamaño. Eso depende de la intensidad de la temperatura que haga.
Los mejores meses para visitar este mágico lugar son enero y febrero, cuando el frío ayuda a crear este magnífico espectáculo. Con el comienzo de la primavera los carámbanos empiezan a derretirse poco a poco, y no se recomienda entrar dentro de la cascada ya que alguno podría caer y provocar un accidente.
La cascada congelada Šikľavá skala se encuentra en medio de dos pueblos, Matejovce nad Hornádom y Chrasť nad Hornádom, en la región de Košice al este del país.
La mejor opción para llegar a este lugar es desde Matejovce nad Hornádom. Hay un tren desde la capital -Bratislava-, que te lleva a Matejovce nad Hornádom, solo es necesario hacer trasbordo en Spišska Nová Ves. El camino se encuentra justo a la salida de la estación de trenes. Ahí verás un poste indicativo. En vano buscarás la señal con nombre Šikľavá skala, tienes que seguir la señal roja ( aquí te explicamos más sobre las señales turísticas) en la que pone Chrasť nad Hornádom. Después de 20 – 30 minutos de camino por el sendero situado al lado del bosque llegas al destino, podrás saberlo por que hay un tablón informativo que explica la historia de Šikľavá skala.
Si te quedas con ganas de ver algo más, cerca se encuentra otro lugar que vale la pena ver – Kamenný hríb (Seta de piedra). Es una piedra de 8 metros con aspecto de seta y de mucha importancia para la geología.
Para dar con él, solo hay que volver a la estación de trenes en Matejovce nad Hornádom -donde estaba el poste indicativo ya mencionado- y seguir la señal amarilla en la cual pone Kamenný hríb.
Si piensas viajar por Eslovaquia en invierno, apunta en tu lista la cascada Šikľavá skala, seguro que no te arrepientes.