Que Košice es una ciudad bonita, eso ya lo sabemos. Pero desde lo alto se ve aún más preciosa. Dejaros seducir por las vistas espectaculares, por el viento que os acaricia y por la belleza de la naturaleza. Todo esto y más lo podéis experimentar en el mirador Hradová.
No conozco a ningún ciudadano de Košice que no haya visitado el mirador. Para los que somos de esta ciudad es una visita obligada. Pero no termina en una sola visita, uno siempre regresa. Es que no es solo por el mirador.
El mirador se encuentra en medio de un bosque con posibilidad de hacer barbacoa, es un lugar ideal para pasar el día rodeado de la naturaleza. Además, el bosque esconde el recinto del antiguo castillo de Košice. Todo esto hace del mirador un aliciente para los turistas.
La historia del mirador es muy reciente. La torre fue construida en 1987. En el año 2005 pasó por una reconstrucción. Tiene 21,5 metros de alta y está situada en lo alto de una colina a 466 metros de altitud sobre el nivel del mar.
El viaje empieza en la estación de autobuses de Košice. El autobus número 29 (aquí los horarios https://www.dpmk.sk/node/67108) os deja en la parada Vyhliadková veža. Se tarda como mucho 25 minutos. Al lado de la mencionada parada se encuentra el camino hacia al mirador. Paseando por el bosque se tarda más o menos 20 minutos.
Antes de llegar a la cima, os podeis parar para ver las ruinas del antiguo castillo. Fue construido probablemente en el siglo XIII y según las investigaciones arqueológicas nunca fue acabado. El recinto ha sido renovado y actualmente sirve como lugar de varias actividades. Del programa del castillo se encarga asociación cívica Castellum Cassovia. Cada año organiza diversas actividades como campamentos juveniles, tiros con arco, interpretación de acontecimientos históricos.
Después de la visita del castillo seguid el camino. El mirador ya queda muy cerca. En la entrada se paga el ticket que vale un euro. Para los niños es gratis. El mirador está abierto de mayo a octubre, cada día de 10:00 – 18:00, excepto los lunes. En octubre abre solo los fines de semana. En el caso de la tormenta o un viento muy fuerte no se permite la entrada por motivos de seguridad.
Una vez pagado, ya podéis emprender la subida por los 96 escalones. Y en cuanto ya estéis arriba os daréis cuenta de que no os he mentido y que el panorama es alucinante. Para ver mejor tenéis a disposición un telescopio. También en las barandillas están colocados los mapas en los que están marcados los picos más importantes. De este modo podéis identificar los puntos que veis.
Así que si todavía no habéis visitado el mirador Hradová, preparad las mochilas y a disfrutar de su encanto.